Minyons Escoltes i Guies de Catalunya

MISC Montserrat International Scout Centre ES

Experiencias

Cristina Bautista
Miembro de l'AEiG Tsunami (Vic)

Mi estancia en el MISC se resume en dos fines de semana intensos. Inicialmente, sólo tenía que ser un fin de semana, pero la intensidad vivida tan sólo el primer día de estancia en el MISC me hizo dar cuenta que esto no lo podía hacer a medias. Tenía que llegar hasta el final.

A nivel funcional, el MISC ofrece un espacio y unos materiales que dan la tranquilidad de poder dedicarte sólo a la tarea que has venido a realizar. Porque lo más importante, creo personalmente, es que el MISC no se puede describir bien... el MISC se tiene que vivir.

Mi vivencia me dice que el MISC me dio la oportunidad de aceptación de la realidad en la que me encontraba en el momento en qué cogí las maletas y decidí subir montaña arriba para adentrarme donde todavía entonces no tenía demasiado claro... poco después de instalarme en el MISC lo vi claro: me adentraba en mis profundidades, dentro de mí.

Una vez dentro de mi interior pude reconocer aquel potencial, aquel tesoro interior que a menudo sólo soy capaz de ver en las otras personas. ¿Era posible que yo también lo tuviera? Pues sí, y empezó a aflorar, y el MISC me dió los espacios donde hacer las paces conmigo misma y coger impulso hacia un camino más plácido... un camino desde la calma dónde, impregnada de serenidad, se cambia el punto de vista y la belleza traspasa los límites fijados hasta entonces.

He hablado de trabajo personal... ¿y como jefes de grupo?, ¿qué aporta al grupo? Desde mi punto de vista, trabajar la propia dimensión espiritual es lo que implica poder traspasar la frontera de los niños y jóvenes para que éstos puedan y tengan herramientas para trabajar su propia espiritualidad. Porque para dejar el mundo mejor de cómo lo hemos encontrado quizás nos hace falta ir más allá de nuestro entorno externo... quizás también hay que adentrarse en el propio mundo interior.



Laura Ferrer
Comisaria de la Demarcación de Catalunya Central

Para mi el MISC fue un ante sy un después; necesitaba escapar del bullicio de actividades de mi vida diaria y de todos la múltiples estímulos externos que me impedían llegar a escuchar mi interior, necesitaba un parón! Por eso pensé que sería oportuno ir al MISC, e ir sola. Tengo que reconocer que antes de llegar iba un poco perdida y no sabía como me iba a sentir, pero con sólo el primer contacto con la mujer que me atendió en el momento de recoger los materiales ya me hizo sentir más tranquila y con una seguridad interior de qué aquélla iba a ser una gran experiencia. Además, con sólo empezar a leer los cuadernos me di cuenta de que me serían de gran ayuda durante los 5 días que duraría mi estancia.

La verdad es que tenía muchos temas a trabajar pero no sabía por dónde empezar y los materiales me ayudaron a tratar cada uno de ellos siguiendo un orden. Si es cierto que al principio abrí muchos temas y tenía miedo a no cerrarlos, a medida que pasaron los días fui encontrando la manera de aderezar cada uno de ellos para terminar marchándome del MISC con mucha energía i con ganas de empezar a seguir el camino que había diseñado en la cima de la montaña mágica.

Valoro muy positivamente que los materiales presentan diferentes alternativas y, también que tienen en cuenta todas las opciones espirituales, ya que a mi este tema me daba respeto.

Sólo me queda agradecer a todas las personas que han participado en la creación del espacio del MISC y animar a todas aquella que aún no hayan ido para que aprovechen esta oportunidad de gozar de esta experiencia, que espero que para ellas también signifique un antes y un después.


Carla Vidal Barrera
Jefa de grupo del AEIG Els Vàndals (Campdevànol)

Aún ahora me pregunto que me llevó al MISC, intuyo que no fue nada concreto y todo a la vez; querer saber de dónde venimos para saber a dónde vamos, la ilusión de descubrir Montserrat, las ganas de descubrirse a una misma... creo que alguna cosa me marcó el camino para vivir una nueva aventura scout, una aventura de esas que recuerdas toda la vida y que te convierten en alguien diferente una vez la vives.

Gracias a las dinámicas del MISC he podido trabajar mi dimensión emocional, que me ha permitido cerrar etapas de mi vida que habían dejado huella, agradecer a personas  con las que he vivido grandes experiencias haber formado parte de mi crecimiento personal, y sobretodo me ha permitido entender y entenderme, perdonar y perdonarme a mí misma.

Recordaré siempre los momentos vividos estos días, pero en especial el intercambio de impresiones con la hermana Montserrat en el Monastir de Sant Benet, a quien agradezco de todo corazón su sinceridad y la paz que me transmitió.

Me ilusiona poder dar herramientas a los chicos y chicas (y a los compañeros/as) que les permitan trabajar su dimensión emocional, un aspecto que considero importantísimo para el crecimiento personal de cualquier persona.

Mi estancia en el MISC ha sido un punto y seguido. Empezó un viernes por la tarde con la intención de quedarme hasta el domingo, pero llegado el momento de irme decidí quedarme un día más. Me hubiera gustado quedarme los seis días para hacer el programa entero, y por ese motivo volveré más adelante.

En definitiva, estos días en Montserrat he sentido que las montañas te hablan,  y lo que escuchas eres tú mismo.


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